jueves, septiembre 28, 2006

Encuentros con el "Más Allá" y algunos errores de percepción Parte I

INTRODUCCIÓN

¿Cuántas veces no hemos escuchado el relato de alguna persona la cual afirma ser acosado(a) en las noches -generalmente- por alguna entidad o manifestaciones de ésta, ya sea a través de ruidos, voces, “presencias” o un sinfín de síntomas que muy bien pudieran llenar a simple vista el perfil de alguna manifestación de casos conocidos como “Poltergeist”, “Fantasmogénesis” o “Espectrogénesis” ?

En el caso de que una persona “común y corriente” sea capaz de ser testigo de presuntas manifestaciones paranormales la Ciencia ha optado por explicar llanamente esto como los efectos de ciertos desórdenes psicológicos. Eso hasta cierto punto es verdad, ya que un muy buen porcentaje de los supuestos “testigos” de este tipo de fenómenos son personas que por algún error de percepción, sus sentidos y mente - mas que nada - les jugaron una mala pasada, terminando atribuyéndole a causas físicas y naturales, características de índole paranormal. Aún así, recordemos que la inmensa mayoría de la gente que ha presenciado una manifestación tal (nos referimos al pequeño porcentaje restante), no sufre de esas afecciones psicológicas de la noche a la mañana, ya que estos cuadros patológicos tienen sus orígenes y procesos específicos.

Por otro lado, cabe mencionar el sorprendente, rápido y expedito diagnóstico que la mayoría de los escépticos realizan a estas personas sin levantarse de la silla, pues de manera contundente ante un testimonio de encuentros con presuntos fenómenos paranormales, las frases que comúnmente podemos escuchar de ellos son: “...este tipo alucinó...”, “...esta persona está demente...”, “...está presa de delirios...”, “...es pura sugestión...” y un largo etcétera. Por tanto, veremos a continuación algunas explicaciones de los mecanismos que inducen a cada una de estas afecciones y sus características. Es bueno tener esta lista de términos a la mano a la hora de hacernos un juicio con respecto a un reporte o testimonio, y como máxime, contar con la asesoría de un facultativo en la materia (psiquiatra o psicólogo) para que nos abunde en la información o para que nos sirva como apoyo en la evaluación del testigo.

Otro factor importante es darle su debida dimensión a los sucesos y analizar fría, pero flexiblemente la información que obtengamos, hay que recordar que para enmarcar con la debida objetividad un caso que pinte “paranormal” no se puede ni debe echar por tierra o aprobar ciegamente un argumento de este tipo, como tampoco se debe dar un veredicto ipso-facto al respecto.

Bien, a continuación enlistamos las afecciones mentales que producen alguna alteración de la realidad y que por consiguiente inducen a errores de percepción.

ALUCINACIÓN- Percepción subjetiva sin estímulo objetivo. Percepción de gran viveza que aparece en ausencia de un estímulo sensorial relevante. Las percepciones pueden afectar a cualquiera de los sentidos, de forma aislada o conjunta. Los fenómenos alucinatorios son una característica de la esquizofrenia y la manía, así como de los estados de intoxicación por marihuana, cocaína, anfetaminas, alucinógenos, alcohol y sustancias inhaladas. Aunque no se han identificado las estructuras cerebrales exactas que intervienen en las alucinaciones, las investigaciones con estimulación cerebral, potenciales evocados auditivos, resonancia magnética, tomografía de emisión de positrones y tomografía computerizada por emisión de fotón único, así como los estudios en epilépticos, han demostrado la participación de diversas zonas del lóbulo temporal en las alucinaciones auditivas (región temporal superior), táctiles (temporal inferior), olfativas (temporal medial) y gustativas (temporal inferior). Se cree que las alucinaciones visuales se asocian con la activación o con lesiones del lóbulo parieto-occipital, de la corteza de asociación visual o del lóbulo temporal posterior. Las alucinaciones no deben confundirse con las ilusiones, en las que un estímulo externo se malinterpreta o se percibe de forma errónea, ni con los procesos del pensamiento normal que son extremadamente intensos.

ALUCINACIÓN AUDITIVA- Alucinación de sonido: de una o varias voces a la vez (las más frecuentes), en forma de chasquidos, ruidos de flujo de agua, música, etc. En las psicosis producidas por drogas, las alucinaciones auditivas suelen experimentarse como ruidos corrientes. La forma más frecuente de alucinación auditiva consiste en la experiencia subjetiva de escuchar una voz claramente diferente a los pensamientos propios de la persona y con la misma calidad de una percepción auditiva real (es decir, volumen, tono y entonación). Las alucinaciones auditivas experimentadas durante una enfermedad psicótica como la esquizofrenia o la manía pueden coexistir con alucinaciones táctiles, mientras que las alucinaciones visuales y olfativas son mucho menos frecuentes, y casi siempre se manifiestan como voces humanas que expresan frases o fragmentos de frases. En la esquizofrenia, estas alucinaciones tienden a ser relativamente crónicas y se experimentan durante toda la vida, mientras que en la manía son breves y sólo aparecen durante el estado de ánimo eufórico que define al episodio maníaco, lo que indica que el mecanismo de las alucinaciones en este último trastorno es más rápidamente reversible y flexible. Sin embargo, ambos tipos pueden controlarse con los mismos fármacos antipsicóticos, hecho que sugiere que comparten algún mecanismo neuroquímico. Los mecanismos cerebrales que controlan la percepción auditiva se han descrito con exactitud, por lo que la identificación de las alteraciones cerebrales que causan este síntoma concreto podría ser importante para el conocimiento de la naturaleza del daño cerebral en la esquizofrenia.

ALUCINACIÓN DE LIBERACIÓN- Fenómeno visual amorfo secundario a la lesión de los centros occipitales por infartos hemisféricos o tumores. Las alucinaciones son más frecuentes en las lesiones del lado derecho que en las del lado izquierdo y consisten en imágenes visuales complejas de objetos, animales o personas. Duran varias horas y pueden afectarse por manipulaciones tales como la apertura, movimiento o cierre de los ojos.

ALUCINACIÓN HIPNAGÓGICA- Alucinación auditiva, visual o táctil durante el inicio del sueño.

ALUCINACIÓN HIPNOPÓMPICA- Alucinación auditiva, visual o táctil que se produce durante el despertar matutino.

ALUCINACIÓN INSTRUCTORA- También denominadas alucinaciones imperativas. Alucinación auditiva que da órdenes a la persona para que actúe de una determinada manera, desde hacer una mueca hasta cometer un acto suicida u homicida. Las alucinaciones se ignoran el 60% de veces, pero es más probable que se obedezcan si existen ideas delirantes relacionadas y/o la voz resulta familiar. La mayoría de las alucinaciones instructoras ordenan a la persona a cometer suicidio (más del 50%), algunas obligan a producir automutilaciones o lesiones ajenas (12%) y una minoría ordenan cometer un homicidio (5%).

ALUCINACIÓN PEDUNCULAR- La alucinación peduncular puede producirse por lesiones del mesencéfalo, protuberancia o tálamo. Se caracteriza por alucinaciones coloreadas de gran viveza y de aparición brusca que suelen consistir en patrones de movimiento, personas o animales, en las que el paciente es consciente de que son irreales. Este tipo de alucinaciones puede explicarse por el fenómeno de liberación visual causado por lesiones en diversas regiones del sistema visual.

ALUCINACIÓN SOMÁTICA SEXUAL- Alucinaciones sexuales somáticas e ideas delirantes maníacas eróticas.
ALUCINACIÓN TÁCTIL- Alucinación que afecta al sentido del tacto. Suele aparecer como una sensación de que algo se desliza por encima o por debajo de la piel. Con frecuencia se asocia con una interpretación delirante de la sensación. Una alucinación táctil especial es la formicación. Las alucinaciones táctiles de dolor deben distinguirse del trastorno somatomorfo por dolor, en el que no existe una interpretación delirante.

ALUCINACIÓN VISUAL- Alucinación que afecta a la visión y que puede consistir en imágenes formadas (p. ej., de personas) o no formadas (destellos luminosos). Las alucinaciones visuales deben diferenciarse de las ilusiones, que consisten en percepciones visuales erróneas de un estímulo externo real. Este tipo de alucinaciones son frecuentes en diversos estados producidos por drogas, tales como delirium tremens, psicosis por dietilamida del ácido lisérgico (LSD), o psicosis por fenciclidina (PCP), aunque no se observa con todas las drogas (p. ej., en la psicosis anfetamínica).

ALUCINACIÓN VISUAL COMPLEJA- Alucinación que aparece en algunos sujetos con discapacidad visual y en ancianos sin trastornos neurológicos ni psiquiátricos, y que caracteriza al síndrome de Charles Bonnet. Estas alucinaciones se han descrito durante el sueño en individuos normales y también se han observado en estados patológicos, normalmente asociados con trastornos del sueño. Su contenido es relativamente estereotipado y suele incluir figuras animales y humanas de colores brillantes. Las alucinaciones visuales complejas se han asociado con catalepsia, alucinosis peduncular, enfermedad de Parkinson, demencia con cuerpos de Lewy, coma migrañoso y esquizofrenia.

ALUCINACIONES- Trastornos de la sensopercepción. Pueden ser de diferentes tipos: cinestésicas (referidas al sentido del tacto), auditivas (típicas de la esquizofrenia), visuales (más frecuentes en las intoxicaciones por sustancias), olfativas (sugestivas de procesos tumorales intracerebrales o intoxicaciones), intrapsíquicas (referidas a procesos de pensamiento, más propias de la esquizofrenia).

ALUCINOSIS- Alucinaciones persistentes o recurrentes, con un sensorio claro, que se deben frecuentemente a intoxicación o a abstinencia por drogas (especialmente alcohol). Pero también pueden ser debidas a causas orgánicas, como por ejemplo en pacientes con cáncer que reciben dosis elevadas de analgésicos opioides. Las alucinaciones son exclusivamente visuales y aparecen sin alteración del estado cognitivo.

DELIRIO- Entendemos por delirio, cuando por diferentes causas, y casi siempre de forma brusca, el cerebro de una persona deja de funcionar correctamente, presentando alteraciones de la atención y de la capacidad de alerta. También suele manifestar trastornos de la conciencia, del pensamiento, la memoria, las emociones, la percepción, o del tono muscular y del ciclo de sueño-vigilia. Es típico que todos estos síntomas ocurran de manera fluctuante, alternando momentos prácticamente conscientes con otros de inconsciencia.
Cuando la persona está agitada, desorientada, se distrae con facilidad, y tiene alucinaciones (alteraciones de la percepción), hablamos propiamente de Delirio, mientras que si lo que predomina es la lentitud, un bajo nivel de alerta, la desorientación y la tendencia al sueño, hablamos de Síndrome Confusional Agudo. Por tanto podemos considerar el Delirio y el Síndrome Confusional como los dos extremos de una misma entidad clínica.
Para terminar de complicar un poco más el tema, la palabra delirio también se utiliza como uno de los síntomas de los Trastornos Psicóticos Agudos (esquizofrenias, etc). En Psiquiatría se entiende por delirio una idea falsa, absurda e irracional que el individuo tiene de sí mismo o de su entorno, es una idea que está totalmente fuera de la realidad, que es imposible de rebatir con argumentaciones lógicas y que no es compartida por personas de su medio socioeconómico. Ejemplos de delirio en trastornos psicóticos pueden ser ideas del tipo de: "la gente se ríe de mí", "todo el mundo quiere perjudicarme", "me persiguen", "mi pareja me engaña", "soy el elegido para salvar el mundo", "soy el elegido de Dios", "alguien maneja mis pensamientos". Es fundamental comprender que estas ideas delirantes el enfermo las vive con absoluta certeza de realidad.
En el presente tema cuando se hable de delirio, se hará referencia solo al citado en primer lugar, es decir al Delirio-Cuadro Confusional Agudo, y no al delirio como síntoma de una psicosis.

¿Qué es y cómo se produce? Para que una persona mantenga un adecuado nivel de alerta y de atención, es preciso un correcto funcionamiento de una parte del cerebro que se conoce como sustancia reticular activadora ascendente situada en la zona de unión de la médula espinal con el cerebro, también se requiere un correcto funcionamiento de los neurotransmisores (serotonina, acetilcolina, histamina, dopamina, etc) sustancias químicas encargadas de trasmitir la información de una neurona a otra.
Son muchas las enfermedades que pueden ocasionar una alteración del metabolismo de los neurotransmisores o lesionar directamente la sustancia reticular ascendente, entre otras:
-Situaciones que originen disminución de oxígeno en la circulación cerebral.
-Aumentos o disminuciones de glucosa en sangre.
-Insuficiencias renales o hepáticas.
-Trastornos en el equilibrio de los iones. (sodio, potasio, etc)
-Enfermedades neurológicas como hemorragias subaracnoideas, infartos cerebrales, meningitis, encefalitis, traumatismos craneoencefálicos, etc.
-Diversos tipos de cáncer.
-Otras enfermedades como neumonías, infecciones diversas, trastornos del tiroides.
-También ocurre con frecuencia en las horas o días posteriores a una intervención quirúrgica.
-Pero sin lugar a duda el mayor número de casos es debido a intoxicaciones o síndromes de abstinencia por:
Alcohol
Drogas
Fármacos (sedantes, hipnóticos, algunos antidepresivos, antihistamínicos, algunos medicamentos para el tratamiento del Parkinson, etc.)
Por último, existen una serie de factores que facilitan que se produzca el delirio en las enfermedades citadas:
-Edad elevada.
-Estar tomando muchos medicamentos (sobre todo en los ancianos)
-Enfermedades neurológicas previas (demencia, etc.)

¿Cómo sospechar un delirio? Pensaremos en el delirio, cuando una persona pasa en pocas horas de estar completamente normal, a tener un comportamiento extraño, está distraído, parece que se duerme, de repente se agita, está confuso, no recuerda cosas sencillas, no reconoce el lugar, no sabe el día o el mes, no sigue con coherencia una conversación, tiene problemas para realizar cálculos matemáticos sencillos.
Si predomina la agitación puede referir alucinaciones (escucha voces, ve o siente insectos por su cuerpo, etc.), vividas con un miedo intenso. También puede presentar insomnio, o incluso convulsiones. La forma más intensa de este cuadro se suele presentar en alcohólicos cuando llevan 2 o 3 días sin ingerir alcohol, es un verdadero síndrome de abstinencia, y se conoce con el nombre de Delirium tremens.
En las personas mayores suele ocurrir con más frecuencia el Síndrome Confusional, mientras que en los jóvenes es más frecuente la agitación propia de los cuadros de Delirio.

¿Cómo saber o confirmar un delirio? Probablemente al lector, los síntomas anteriormente citados, le pueden recordar a los de una intoxicación alcohólica aguda (ya se ha mencionado al alcohol como una de las causas más frecuentes de estos cuadros), pero no debemos olvidar que, una sintomatología similar a una borrachera, sin haber bebido, puede ser un cuadro de delirio-síndrome confusional agudo.
Cuando predomina el estado de confusión, pueden ser difícil diferenciar entre una demencia y un delirio, en general la demencia se instaura de una manera mucho más lenta, empeorando progresivamente a lo largo de meses, mientras que como ya se ha dicho, el delirio aparece en una persona que pocas horas antes tenía un comportamiento completamente normal.
Es más sencillo pensar en un delirio si además de ocurrir todo lo anterior, nos encontramos ante:
Una persona mayor, que toma muchos medicamentos y que no se encuentra en su domicilio habitual (hospital, cambios frecuentes de domicilio, etc.)
Una persona con cualquiera de las enfermedades anteriormente citadas.
Para llegar al diagnóstico el médico no dispone de ninguna prueba específica, debe basarse en los síntomas, y le será de gran ayuda lo que pueda contarle algún familiar o acompañante que pueda informar de:
Como se inició el cuadro, Que enfermedades crónicas tiene, Que medicaciones toma, Si es consumidor de drogas o alcohol.
Muchas veces para diagnosticar la enfermedad que ocasiona el delirio será preciso realizar un análisis de sangre (se descartará una diabetes, alteraciones de los iones, una insuficiencia renal o hepática, infecciones, etc.), en otros casos la exploración neurológica y algunas pruebas radiológicas pueden confirmar diagnósticos de enfermedades neurológicas (hemorragias e infartos cerebrales, traumatismos, etc.)

¿Qué consecuencias puede tener? En términos generales, y con el tratamiento oportuno de la causa que lo origina, suele durar pocos días, evolucionar bien, y lograrse una recuperación completa, pero en pocos casos la evolución puede ser hacia el estupor, el coma, o incluso llegar a la muerte.

DELIRIUM O SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO- Síndrome mental orgánico transitorio caracterizado por la alteración global de las funciones cognitivas, incluyendo la memoria y la percepción, disminución o fluctuación del nivel de conciencia, desorientación y temor, alteración de la capacidad para cambiar o mantener la atención, aumento o disminución de la actividad psicomotora, alteración del ciclo sueño-vigilia, diversos síntomas afectivos, tales como insensibilidad o afecto indiferente, y cambios del comportamiento, como agitación, introversión y falta de interés. El síndrome confusional es un trastorno reversible del metabolismo cerebral secundario a una agresión cerebral, como infección o alteración metabólica. La característica principal es la fluctuación de la disfunción cerebral y su inicio es agudo. Los fármacos prescritos son una de las causas del síndrome confusional que pasan más desapercibidas, especialmente en ancianos. El retraso diagnóstico y terapéutico de este síndrome expone al paciente a un riesgo excesivo de morbimortalidad. El diagnóstico de este trastorno puede determinarse mediante un electroencefalograma. El síndrome confusional puede subdividirse en los subtipos “activado” y “somnoliento”, similar a los subtipos “hiperalerta-hiperactivo” e “hipoalerta-hipoactivo” de Lipowski. Estos subtipos pueden presentar diferentes fenomenologías (especialmente alucinaciones e ideas delirantes) y etiologías. La confusión con frecuencia anuncia una enfermedad médica grave, potencialmente mortal. En los ancianos, del 15% al 30% evolucionarán a estupor, coma y muerte. Los factores de riesgo identificados son ancianidad, malnutrición, polifarmacia, fármacos anticolinérgicos, fatiga, estrés psicológico y enfermedades del sistema nervioso central. Hay diferentes índices de síntomas psiquiátricos asociados con el síndrome confusional, cuya presencia debe incluirse en el diagnóstico diferencial. Estos síntomas consisten en alucinaciones, desconfianza, ideas delirantes, cambios de la actividad física y hábitos del sueño alterados.

DEMENCIA- El concepto demencia (del latín de mentis, fuera de la mente o fuera de sí) tradicionalmente se ha definido como un síndrome caracterizado por una alteración general y adquirida de las funciones intelectuales, que generalmente es progresivo y no se acompaña de alteración del nivel de conciencia.
En 1907, el psiquiatra alemán Alois Alzheimer, describió el caso de una mujer de 51 años de edad (conocida como Auguste D.) que presentaba un cuadro de deterioro cognitivo con desorientación, alucinaciones, delirios y síntomas focales. Posteriormente, en 1910, el psiquiatra alemán Emil Kraepelin denominó "Enfermedad de Alzheimer" a la demencia presenil degenerativa. Con el calificativo de "presenil", Kraepelin restringía la enfermedad a los casos que se inician antes de los 65 años. En consecuencia, el término "senil" se ha utilizado para designar personas afectadas de demencia con edad superior a 65 años. Actualmente, los términos "presenil" y "senil", en sí mismos, no son una clase de demencia, sólo nos indican una afectación que inicia antes de los 65 años o después.
Causas: Existen diversas causas que pueden provocar una demencia. Distinguiremos de manera simplificada las principales causas que pueden provocar un deterioro cognitivo en 3 grandes grupos:
Demencias degenerativas cerebrales primarias (aquellas que no son consecuencia de otra enfermedad, ya sea a nivel del sistema nervioso u otro órgano del cuerpo, sino que por el contrario, son la causa directa del deterioro de las diversas funciones cognitivas): el ejemplo más común y conocido es la Enfermedad de Alzheimer.
Enfermedades neurológicas que provocan de forma secundaria una demencia: tumores cerebrales, hidrocefalias, trastornos de la circulación...
Enfermedades médicas generales: como podría ser la hipertensión arterial crónica, diabetes de larga evolución, anemias...
Así pues, existen diversas enfermedades que pueden provocar demencia. Las causas más comunes son las siguientes:
-Enfermedad de Alzheimer: representa la causa de dos tercios del total de las demencias (50-65%). Es, por tanto, la causa más frecuente de padecer una demencia.
-Enfermedad de Cuerpos de Lewy: comprende un 10-30% del total de las demencias.
-Demencia Vascular: representa un 10-20%. A diferencia de las dos anteriores (consideradas demencias primarias) se considera a la demencia vascular como una demencia secundaria a diversos problemas médicos (hipertensión, diabetes...). Anteriormente era conocida como arteriosclerosis cerebral.
-Demencia del lóbulo frontal: representa un 8%.
Manifestaciones Clínicas: En los procesos demenciales, casi siempre, los primeros síntomas suelen estar relacionados con pérdida de memoria. Suele ser algún familiar o amigo el primero en darse cuenta de estos defectos y estos mismos, muchas veces, excusan al paciente o los atribuyen a la edad. El déficit mnésico es una característica principal de las demencias.
El cuadro clínico de la demencia se suele caracterizar por:
-Déficit de memoria: estos trastornos iniciales de memoria se traducen en una incapacidad para recordar lo que se le ha dicho, el argumento de la película, olvidar donde ha colocado las llaves, olvidar diversas cosas que tenía que comprar en el supermercado, olvidar dar los recados, perder cosas o dejarlas en lugares incorrectos.
-Trastornos del lenguaje: de forma paralela o un poco más tarde aparecen trastornos de lenguaje; el paciente es incapaz de encontrar la palabra adecuada, no participa de forma activa en las conversaciones familiares, sustituye unas palabras por otras...
-Episodios de desorientación: puede perderse a la salida del metro, no saber encontrar el coche, e incluso ser incapaz de regresar a su domicilio...
-Dificultad en el manejo del dinero.
-Pérdida de las aficiones habituales: el paciente pierde la iniciativa para hacer lo que antes le encantaba. Suele mostrarse pasivo y necesita estímulos constantes de su entorno para activarse.
-Cambios de personalidad: se puede producir un cambio respecto al carácter previo del sujeto; puede volverse agresivo, irritable, suspicaz...
Debemos tener presente que, no todas las demencias tienen los mismos síntomas iniciales; incluso, la misma causa de demencia en dos personas diferentes, puede mostrar unos síntomas radicalmente diferentes en un paciente o en el otro. Es decir, los síntomas de la demencia son muy variables; la clínica que presenta un paciente no tiene porqué observarse en otro.

No hay comentarios.: