jueves, marzo 15, 2007

Perspectiva acerca de el Exorcismo ¿Psicoterapia o Verdadera Expulsión?

Como tal, el exorcismo es un ritual cristiano sólo válido para el creyente. Se trata de un ritual de fe por el cual se intenta expulsar a un demonio del cuerpo de un sujeto el cual ha sido poseído. Con esto la Iglesia Católica afirma la existencia del Demonio. Para la ciencia, sin embargo, el exorcismo sería un tratamiento médico.

EL EXORCISMO CLINICAMENTE
Como decíamos, para la medicina el exorcismo es un tratamiento de choque contra una alteración mental. El psiquiatra podría usar otras técnicas o tratamientos, pero teniendo en cuenta que el enfermo cree estar poseído -inconscientemente- así como aquellos que le rodean (recordemos que de no existir esa fe, no habría posesión), el psiquiatra usaría esa fe para hacer el choque mental. Hemos dicho psiquiatra, pero la misma función tendría el sacerdote, de hecho, normalmente, será éste el que intente sanar al poseso.

EL EXORCISMO RELIGIOSAMENTE
El exorcismo es para la Iglesia Católica, el único método válido para expulsar a un demonio. No obstante, en estos tiempos que corren, la Iglesia se ha actualizado y en su seno hay psicólogos, psiquiatras, científicos, de manera que se ha abierto a la medicina y las enfermedades mentales.
El exorcismo consiste en un ritual preparado para expulsar a un demonio del cuerpo. Este demonio/pecado no tiene porqué haber ocupado el cuerpo de forma traumática. Es decir, cualquier tipo de pecado supone, para el sujeto, haber expulsado la Gracia y haber dado cobijo al Mal. Luego, para expulsar a ese demonio (perdonar el pecado y expulsarlo), hará falta un exorcismo. De hecho, tenemos, corrientemente pero sin percatarnos de ello, varios tipos de exorcismos, desde el bautismo (donde se exorcisa el Pecado Original), pasando por el sacramento del perdón, hasta el clásico Exorcismo de la Posesión conocido por todos.
La Iglesia Cristiana cree firmemente en la existencia del Demonio (el Mal) y no lo hace como un símbolo. Todo lo negativo -moralmente- lo achaca a ese Mal/Demonio y según esto, para ellos, todos estamos poseídos. Difiere, sin embargo, el grado de posesión. Aunque no está muy explicado si esta graduación es por el tipo del pecado o por la autodefensa del sujeto. El exorcismo consiste principalmente en oración. La forma de luchar contra el Demonio es orando, entregándose al poder salvador y liberador de Jesucristo. Esto se debe, a que no es el sujeto quien expulsa al intruso, ni tampoco el sacerdote oficiante, sino el mismo Dios. Y para que Dios intervenga es necesaria la oración. El resto del ritual -un tanto complejo- es un complemento o ayuda. No vamos a relatar aquí como se realiza exactamente un ritual de exorcismo, por motivos obvios, tanto de respeto al culto cristiano/católico como de seguridad y precaución. Pero expondremos algunos puntos de interés.

En principio, el exorcista es un presbítero especializado en este tema (hoy día puede compaginar esta especialidad con la psiquiatría). Para la Iglesia Católica (recordemos como punto primordial de partida que es el obispo correspondiente quien nombra al exorcista y autoriza el ritual) debe ser un presbítero de gran preparación, tanto teológica como espiritual y personal; dotado de mucha paciencia y fuerza interior para evitar las tentaciones constantes a las que será sometido por el ente demoníaco. Se trata de un ritual cristiano/católico, para gentes preparadas, especialistas y debe abstenerse el ser practicado por aficionados. En el ritual se compaginan la oración, lecturas de salmos, lecturas del Evangelio, ruegos, aspersión de agua bendecida y tres exorcismos. Es un ritual largo y complejo, donde lo desagradable, tanto física como psíquicamente, es predominante. El oficiante se enfrentará, literalmente, cara a cara, con un demonio, quizás con el mismo Satanás. En no pocas ocasiones el demonio tentará al presbítero, el cual deberá abstraerse gracias a su paciencia y al poder de la oración: a la fe en Jesucristo, a fin de vencer estas tentaciones. En todo caso, es el poder de Jesús, a través del Espíritu Santo quien logra expulsar al Demonio. El sacerdote hará de intermediario. El Bien se opone al Mal y le gana.
No obstante debemos añadir que para los especialistas, los casos de posesión son prácticamente inexistentes. Los Obispos son extraordinariamente cautos a la hora de conceder la autorización de exorcizar, y ello lo hacen, tras una ardua investigación y haber dejado atrás múltiples pruebas y análisis médicos y científicos. Se cree que de cada 1.000 casos uno es auténtico. Aún así...

Carlos E. Pacheco S. Director General Grupo ZETTA / Investigadores de Fenómenos Paranormales del Norte de México. / 044 (614) 152-62-69.

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